Este blog no tiene actualizaciones, y se lee hacia atrás, solo es una recopilación de distintas publicaciones de otros blog expertos en estos temas... las publicaciones no son mías... Y me atrevo a publicarlas para que conozcas la Bimilenaria tradición de la Iglesia.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Presentando la Misa Nueva (NOM Novus Ordo Missae)

Santo Sacrificio de la Misa

El 21 de octubre de 1967 comenzó el Sínodo de Obispos, y llego entonces la noticia de que el Padre BUGNINI, Secretario del Consilium, presentaría su "misa normativa", boceto de una nueva misa. Esta misa debía aplicar, con una lógica inexorable, la Sacrosanctum concilium, que preveía:
-"ritos de notable brevedad" (n 34)
-una "lectura de las Sagradas Escrituras" mas abundante" (n 35)
-la supuesta organización lógica del Ordo Missae, la supresión de "duplicados introducidos con el correr de los anos" (n 50; uno de ellos era, según el Padre Bugnini, el ofertorio sacrificial: ¿no era un desdoblamiento de la consagración, a la que anticipaba ilógicamente?)
-"el restablecimiento de algunas cosas suprimidas" (n 50)., etc.

Además, esa misa normativa, denominada así porque debía convertirse en la norma de los ritos de todas las celebraciones de la misa renovada, había sido expresamente concebida como una "celebración con asistencia del pueblo", despreciando así el valor esencial de la Misa, independiente de la asistencia de los fieles, como había recordado el Concilio de Trento (Dz 944, 955)

Alguno percibió enseguida el peligro. Obtuvo de un colaborador, el Padre Gerald Fitzgerald, CSSp, un articulo, A propósito de la misa normativa, que, con retoques del Arzobispo, fue multicopiado de prisa y distribuido en secreto entre los Padres sinodales antes de la sesión del 24 de octubre, con la portada de Fortes in fide
"La misa normativa -continua el Prelado-, o lo que sirve de base a la reforma litúrgica, no puede ser la que implique la participación de los fieles, ya que esa participación es accidental y no esencial en la Misa"

"El efecto Lefebvre" fue asombroso. La mayoría de los Padres, como reconoció Bugnini, fue a la Capilla Sixtina el 24 de octubre "con animo prevenido y mal dispuesto", para asistir a una misa de tipo "normativo", celebrada en italiano por el propio liturgista: rito de bienvenida, breve ceremonia penitencial común, Gloria, tres lecturas, Credo, oración universal, tres breves oraciones de "deposición de las ofrendas", Canon completamente nuevo, palabras de consagración modificadas, menos signos de cruz y genuflexiones, etc.

De inmediato, en señal de protesta, muchos Obispos, entre ellos Monseñor Slipyj, salieron de la capilla.

"El experimento no tuvo éxito -confeso Bugnini-; produjo mas bien el efecto contrario a lo que se esperaba, influyendo negativamente en la votación"

El 26 de octubre, respondiendo a la pregunta "¿Aprueba en líneas generales la estructura de la misa normativa?", de 180 Padres, 71 respondieron que si, 43 que no, y 62 respondieron juxta modum.

Pablo VI le pidió al Consilium que se pusiera a trabajar para realizar una misa menos revolucionaria en apariencia, pero que ofreciera no obstante, como quería Annibale Bugnini, "una imagen completamente distinta de lo que había sido hasta entonces"

En diciembre de 1967, durante una asamblea de la Unión Mundial de los Superiores Generales a la que asistió Monseñor Lefebvre, el Padre Annibale Bugnini fue invitado a exponer su misa normativa. Lo hizo con gran tranquilidad: para la participación de los fieles -dijo- había que cambiar toda la primera parte de la misa, suprimir el ofertorio (que sobraba al lado del Canon) y las oraciones del sacerdote antes de la comunión, cambiar y diversificar las oraciones eucarísticas, etc.

"Mientras oía esa conferencia, que duro una hora -contaba Monseñor Lefebvre-, me decía a mi mismo ¡No puede ser que ese hombre tenga la confianza del Santo Padre, y que el Papa lo haya elegido para hacer la reforma de la liturgia! Teníamos ante nosotros a un hombre que pisoteaba la liturgia antigua con un desprecio y un descaro inimaginables. Yo, que suelo tomar la palabra con facilidad, como lo había hecho en el Concilio, no tuve valor para ponerme de pie; estaba consternado; las palabras se me atragantaban”

"Sin embargo, se levantaron dos Superiores Generales. El primero dijo ¡Padre, si entiendo bien, después de suprimir el Confiteor y el ofertorio, acortar el Canon, etc., una misa privada durara entre diez y doce minutos! El Padre Bugnini respondió: ¡Siempre se puede añadir algo más!.
Bien se veía la poca importancia que le daba a la Misa y a la manera de decirla.

"El segundo, un Abad benedictino, intervino: La participación activa, ¿es una participación corporal o espiritual? (buena pregunta). La misa normativa esta prevista en función de una asistencia de los fieles, pero nosotros, benedictinos, que decimos nuestra misa sin fieles, ¿que haremos ahora? La respuesta de Bugnini fue la siguiente: A decir verdad, no habíamos pensado en ello.
Eso dice bastante sobre el espíritu de esa reforma"


misa



jueves, 8 de diciembre de 2011

La Misa Nueva

Al final de este post he colocado dos videos muy interesantes sobre Bugnini y su misa; la que remplazaría a la Santa Misa heredada desde los tiempos apostólicos, codificada por el Papa San Gregorio I Magno y por el Papa San Pio V.

Estos videos son ejemplo de lo que querían los reformadores de la misa, aquí se ve claramente como se comprenden las oraciones, “lo cual es mas valioso que las vetustas ropas de seda con la que se viste regiamente; mas valiosa es la participación del pueblo de hoy, que quiere que se le hable claramente, de una manera inteligible que el pueda traducir a su lengua profana” (palabras de Pablo VI)

En esta misa "aggiornada", se habla en ingles, español, y algún dialecto aborigen, pero no se usa esa “noble lengua latina” que “si nos alejara de los niños, de los jóvenes y del mundo del trabajo y de los negocios; si fuera una pantalla opaca en lugar de un cristal transparente, ¿seria un buen calculo que nosotros, pescadores de almas, la sigamos conservando de manera exclusiva como la lengua de la oración y de la religión?” (palabras de Pablo VI)