Como todos los Padres, Mons. Lefebvre había recibido
la lista de los expertos nombrados por el Papa Juan XXIII para las diversas
comisiones preparatorias, y la leyó atentamente. Por eso en la primera sesión de
la Comisión Central el 15 de Junio de 1961, cuando le tocó el
turno de dar su opinión, no dudó en denunciar (fue el único en hacerlo) la
contradicción entre los dichos y los hechos.
“En cuanto a las cualidades de los teólogos y
canonistas del Concilio, queda claro, como lo han dicho de forma explicita los
consejeros, que ante todo deben tener el sentido de la Iglesia y adherir de
corazón, de palabra y de obra a la doctrina de los Sumos Pontífices, expuesta
en todos los documentos que proceden de ellos”.
“Hay que afirmar este principio hoy más que
nunca, pues no ha dejado de sorprendernos mucho, en mi humilde opinión, leer en
la lista de comisiones preparatorias los nombres de algunos teólogos cuya
doctrina no parece reunir las cualidades que requieren los consejeros”.
En efecto, por lo menos tres consultores
habían sido censurados o sancionados por la autoridad superior
En ese momento, contó después Mons.
Lefebvre, el Cardenal Ottaviani no pareció tener en cuenta mis palabras, pero después
en la reunión, en el café, me tomó del brazo:
“- Ya lo sé –me dijo–, pero ¡qué puedo hacer? Así lo ha querido el Santo
Padre: quiere expertos de renombre”
Pero. ¿Quienes eran esos "expertos de renombre", tan queridos por el "Papa Bueno" y por
quienes el Obispo de Hierro sentía recelo?
Yves Congar O.P.
neomodernismo extremista
Nació en 1904 en Francia. Ordenado sacerdote en 1930, manifestó tendencias ecumenistas, y en 1937, después de haberse comprometido prácticamente en la “renovación” litúrgica, escribió su primer libro: Chrétiens désunis [Cristianos desunidos]. Comenzó a enseñar en 1945, en Le Saulchoir. Roma le prohibió, en 1948, que participara en la Semana Ecuménica de Amsterdam; después L’Osservatore Romano atacó su Chrétiens désunis, obra que criticaba la estructura jerárquica y piramidal de la Iglesia. En 1950 la encíclica Humani Generis le aludió al condenar su “imprudente irenismo”. Fue apartado de la docencia en 1954. Juan XXIII lo nombró consultor de la Comisión Preparatoria del Concilio, donde se ocupó del documento sobre la Iglesia Lumen Gentium , así como de la Gaudium et Spes (relaciones con el mundo moderno), de la Dei Verbum (revelación divina), de la Dignitatis Humanae (libertad religiosa), de la Nostra Aetate (relaciones con el judaísmo y las demás religiones acristianas) y de la Unitatis Redintegratio (ecumenismo). Pablo VI dijo de él que era el teólogo que más había trabajado en la elaboración de los textos del Vaticano II. Juan Pablo II le creó Cardenal. Murió en 1995.
Henri de Lubac S.J.
Nació en 1896 en Francia. Se hizo jesuíta en 1913. Fue profesor de teología en el escolasticado de Lyon-Fourviére de 1929 a 1950, año en que se le removió de la docencia a causa de la condena implícita de su libro Le surnaturel [Lo sobrenatural] (1946) en la encíclica Humani Generis de Pío XII (12 de agosto de 1950). Juan XXIII lo readmitió en la docencia en 1960 y lo nombró perito del Concilio. Juan Pablo II lo nombró cardenal en 1983. Murió en 1990.
Karl Rahner S.J.
postmodernismo radical
Nació en 1904, en Alemania. Se incorporó a los jesuítas en 1922. Entre 1924 y 1927 estudió el “tomismo trascendental” con el padre Joseph Maréchal, o sea, aplicó al tomismo la filosofía trascendental y subjetivista kantiana. Se ordenó de sacerdote en 1932. De 1934 a 1936 estudió filosofía en Friburgo con Heidegger, e intentó renovar la Escolástica ni más ni menos que dejando atrás a Kant y dialogando con el pensamiento existencialista postmoderno. Se le había prohibido escribir a finales de la década de los cincuenta, mas Juan XXIII lo invitó al Concilio en calidad de perito y así lo “rehabilitó”. Fundó la revista Concilium en 1963, en compañía de Schillebeeckx, Metz, Congar y Küng. Pablo VI lo nombró, en 1969, miembro de la Comisión Internacional de los Teólogos Católicos. Murió en 1984.
Rahner hizo de puente, junto con Schillebeeckx, entre los teólogos neo-modernistas que prepararon e hicieron el Vaticano II (De Lubac, Chenu y Daniélou) y los teólogos postconciliares o postmodernistas, quienes asumen no solo la filosofía moderna (de Descartes a Hegel) sino también la postmoderna o nihilista (de Nietzsche al existencialismo).
Pero estos tres sujetos no fueron las unicas joyitas.... para más INRI...
. . Marie-Dominique Chenu
neomodernismo moderado
Nació en 1895 en Francia. Ingresó en la Orden de Santo Domingo en 1913. Fue profesor de teología en Le Saulchoir de 1920 a 1942, cuando fue apartado de la docencia tras la condena de su libro Une École de Théologie [Una Escuela de Teología] (1937). Nombrado perito conciliar, en 1960, por Juan XXIII, participó activamente en la preparación de la Gaudium et Spes junto con De Lubac. Murió en 1990.
. Jean Daniélou
neomodernismo moderado
Nació en 1905 en Francia. Después de estudiar Filosofía y Letras en la Sorbona, entró en la Compañía de Jesús en 1929 y se consagró a la docencia. Continuó más tarde los estudios de teología en la facultad católica de Lyon, una de las más reputadas a la sazón. Se ordenó de sacerdote en 1938. Sirvió en las fuerzas aéreas durante la Segunda Guerra mundial, hasta 1940. Acabada la contienda, completó su doctorado en teología en 1942. El mismo año fundó la colección de obras Sources Chrétiennes [Fuentes Cristianas], en colaboración con Henri de Lubac, supuestamente para favorecer el estudio de los Padres de la Iglesia, pero, en realidad, con el designio de oponerlos a la Escolástica. Lo nombraron en 1944 catedrático de Historia Antigua del Cristianismo en el Instituto Católico de París, en el que llegó a ser decano con el correr del tiempo. A petición de Juan XXIII tomó parte en el Concilio Vaticano II a título de experto. Metió mucho ruido su muerte repentina en casa de una persona de mala reputación (1974). Su actividad como teólogo: estudió, con una fuerte tendencia judaizante, las relaciones entre el judaísmo y el cristianismo; estudió así mismo, en adhesión plena a la “neoteología”, las relaciones entre la fe y la teología contemporánea; trabajó en el problema de la verdad entendida en sentido blondeliano, y también, siguiendo a De Lubac, en el de las relaciones entre la gracia y la naturaleza; ahondó, además, de manera crítica, en el tema del marxismo. Sus estudios contribuyeron a la preparación de los documentos del Concilio Vaticano II.
. Hans Urs Von Balthasar
neomodernismo moderado
Nació en 1905 en Suiza. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1929. Estudió teología con De Lubac en Lyon-Fourviére, entre 1934 y 1938. Escribió en 1952 su primera obra Abatir los bastiones, unos bastiones que, al decir de él, la propia Iglesia había erigido entre ella y el mundo. No fue llamado al Concilio, pero Pablo VI lo nombró, en 1969, miembro de la Comisión Teológica Internacional. Murió en 1988, dos días antes de recibir el birrete cardenalicio de parte de Juan Pablo II.
. Edward Schillebeeckx
postmodernismo radical
Nació en 1914, en Bélgica. Entró en 1934 en la Orden de Santo Domingo, donde estudió la fenomenología de Husserl e intentó practicar una síntesis entre tomismo y fenomenologismo. Se ordenó de sacerdote en 1941. En 1945 estudió con Chenu en Le Saulchoir, y se inició en el historicismo y el relativismo teológico; de aquí derivó hacia el acercamiento al existencialismo postmoderno, al personalismo y al marxismo, con lo que llegó a ser uno de los dos representantes principales del postmodernismo o nihilismo teológico postmoderno (el otro fue Rahner). No se le nombró oficialmente perito conciliar, pero, al ser el consejero del cardenal Alfrink, influyó notablemente en el Vaticano II por conducto del episcopado holandés. Inspiró el Nuevo Catecismo Holandés. En 1968 fue reconvenido por el Santo Oficio, mientras que en 1977 la Congregación para la Doctrina de la Fe lo sometió a una investigación relativa a sus opiniones radicalmente heréticas sobre la presencia real, el celibato eclesiástico y la divinidad de Cristo.
. Hans Küng
postmodernismo
ultrarradical
Nació en 1928, en Suiza. Aún no ha fallecido. Entre 1948 y 1955 estudió en la Gregoriana y se especializó en las relaciones ecuménicas entre el catolicismo y el protestantismo. Escribió Concilio y reunificación en 1960. Fue nombrado perito conciliar en 1962. Fundó en 1963 la revista Concilium junto con Congar, Schillebeeckx, Rahner y Metz. En 1968 se declaró públicamente en contra de la Humane Vitae de Pablo VI y del celibato eclesiástico. Escribió en 1970 su obra ¿Infalible?, en la que impugnó el dogma de la infalibilidad pontificia. Se le apartó de la enseñanza en 1979 a causa de algunas opiniones demasiado extremistas.
Juan XXIII era más bien proclive al laxismo. Quizá su cabeza fuera bastante tradicional, pero desde luego no lo era su corazón. Bajo la apariencia de profesar cierta amplitud de miras, había resbalado con mucha facilidad hacia un espíritu liberal. Y cuando (más tarde) le comentaban las dificultades del Concilio, aseguraba a sus interlocutores que "todo se arreglaría" y que "todo el mundo se pondría de acuerdo". No podía aceptar la idea de que algunos tuvieran malas intenciones y que había que estar alerta (...) Asímismo impuso a los expertos condenados por el Santo Oficio, a pesar de las razonables inquietudes que provocó su decisión.
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