Este blog no tiene actualizaciones, y se lee hacia atrás, solo es una recopilación de distintas publicaciones de otros blog expertos en estos temas... las publicaciones no son mías... Y me atrevo a publicarlas para que conozcas la Bimilenaria tradición de la Iglesia.

martes, 31 de mayo de 2011

Dios Santificador: de la Confirmación (Dogmas)


21.-La Confirmación es verdadero y propio sacramento.

El Concilio de Trento definió contra los reformadores: “Si quis dixerit, confirmationem baptizatorum otiosam caeremoniam esse et non potius verum et proprium sacramentum, a.s.”, Dz. 871.
 Joel 2:28, Ezequiel 39:29, Juan 14:16, Lucas 24:49, Hechos 1:5, Hechos 2:4, Hechos 8:14 ss., Hechos 19:6, Hebreos 6:2, Tertuliano (De bapt. 6; De carnis resurrectione 8), San Hipólito de Roma (Tradición Apostólica), S.S. Cornelio (Ep. ad Fabium Ant. Eusebio, Historia Eclesiástica VI 43, 15), San Cipriano (Ep. 73, 9), Sínodo de Elvira (Can. 38 y 77), San Cirilo de Jerusalén dedica a la confirmación su Tercera Catequesis Mistagógica, San Ambrosio (De sacr. III 2, 8-10; De myst. 7, 42), San Jerónimo (Dial. c. Luciferianos 8 s), Inocencio I (Sermo 24, 6), San Agustín (De Trinit. XV, 26, 46; In Ep. I Ioh. Tr. 6, 10), San León Magno (Sermo 24, 6), Seudo-Dionisio (De eccl. hier. 4, 3-11).

22.-La confirmación imprime en el alma una marca espiritual indeleble, y por eso este sacramento no se puede repetir.

Concilio de Trento, Dz. 852.
 San Cirilo de Jerusalén (Procat. 17).

23.- El ministro ordinario de la confirmación es únicamente el obispo.

El Concilio de Trento declaró contra todos los protestantes, y contra la Iglesia Ortodoxa Griega: “Si quis dixerit, sanctae confirmationis ordinarium ministrum non esse solum episcopum, sed quemvis simplicem sacerdotem, a.s.”, Dz. 873.
 Según el Libro Hechos de los Apóstoles, sólo los apóstoles confirmaban, por lo cual el poder ordinario de confirmar pasa a sus sucesores que son los Obispos.
 San Hipólito (Tradición Apostólica), San Cipriano (Ep. 73, 9), San Jerónimo (Dial. c. Lucif. 9), Dz. 98 del Papa Inocencio I, San Juan Crisóstomo (In Actus homil. 18, 3).

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