Este blog no tiene actualizaciones, y se lee hacia atrás, solo es una recopilación de distintas publicaciones de otros blog expertos en estos temas... las publicaciones no son mías... Y me atrevo a publicarlas para que conozcas la Bimilenaria tradición de la Iglesia.

jueves, 30 de junio de 2011

Liber Usualis

La Iglesia usaba para la Santa Misa (en su forma cantada y Solemne) un libro de cantos, el Liber Usualis.
  En este libro, recopilado desde San Gregorio I Magno, se contenían cantos del Propio y del Ordinario para cada día del año (200 páginas tan sólo para la Semana Santa), Este libro fue desechado, desplazado, repudiado, remplazado para que en la nueva misa los fieles participaran de los cantos y así se relegó al olvido  la Milenaria tradición musical de la Iglesia tan sólo para que todos los fieles unieran sus voces y "participaran" en la misa. (Como si la participación espiritual no importara)


Antes de dar comienzo a la Misa Mayor del Domingo, el sacerdote vestido con la capa pluvial recorre la nave de la iglesia rociando con agua bendita a los fieles evocando las aspersiones lustrales que efectuaban los judíos rociando a los fieles con ramas de hisopo. Mientras se canta: (a las palabras, "Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo" el sacerdote se detenía y volteado hacía el altar hace una inclinación de cabeza, terminado este verso el sacerdote continua con la aspersión.

Asperges Me
(Salmo 50,9)



Rocíame Señor con el hisopo y quedaré limpio,
lávame y quedaré más blanco que la nieve.
Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
así como era en el principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos Amén.
__________

En el Tiempo Pascual se canta el
Vidi Aquam



Yo vi un agua que salía del templo, del lado derecho, aleluya;
y todos aquellos a quienes alcanzó esta agua, se han salvado, y exclaman: aleluya, aleluya.
Alabad al Señor, porque es bueno: porque es eterna su misericordia.
V. Gloria al Padre.

--Los cantos del Propio son:

Introito
Para la 3ra Misa de Navidad
"Puer Natus est Nobis"



Un niño nos ha nacido y un Hijo nos ha sido dado,
el cual lleva sobre sus hombros el principado;
y su nombre será Ángel del gran consejo.
- Cantad al Señor un cántico nuevo
porque ha hecho maravillas.
V. Gloria..
__________

Gradual
Para la Misa de Difuntos.



Señor, dales el descanso eterno
 y haz brillar para ellos la luz perpetua.
El justo quedará en el recuerdo eterno,
 el cual no tenga una mala reputación.
__________

Tracto
Para el Domingo de Ramos
Deus, Deus meus
(Salmo 21, 2-9.18.19.22.24.32)



Aleluya
Para el Tercer Domingo de Adviento "de Gaudete"
"Exita Domine"

Aleluya, aleluya. Excita, Señor, tu poder,
y ven a hacernos salvos. Aleluya
__________

Secuencia
(Sólo en algunas pocas Solemnidades de Primera Clase)
del 15 de Septiembre; Virgen de los Dolores
“Stabat Mater”


Estaba la Madre dolorosa
junto a la Cruz, llorosa,
en que pendía su Hijo.
Su alma gimiente,
contristada y doliente
atravesó la espada.

¡Oh cuán triste y afligida
estuvo aquella bendita
Madre del Unigénito!.
Languidecía y se dolía
la piadosa Madre que veía
las penas de su excelso Hijo.

¿Qué hombre no lloraría
si a la Madre de Cristo viera
en tanto suplicio?
¿Quién no se entristecería
a la Madre contemplando
con su doliente Hijo?

Por los pecados de su gente
vio a Jesús en los tormentos
y doblegado por los azotes.
Vio a su dulce Hijo
muriendo desolado
al entregar su espíritu.

Ea, Madre, fuente de amor,
hazme sentir tu dolor,
contigo quiero llorar.
Haz que mi corazón arda
en el amor de mi Dios
y en cumplir su voluntad.

Santa Madre, yo te ruego
que me traspases las llagas
del Crucificado en el corazón.
De tu Hijo malherido
que por mí tanto sufrió
reparte conmigo las penas.

Déjame llorar contigo
condolerme por tu Hijo
mientras yo esté vivo.
Junto a la Cruz contigo estar
y contigo asociarme
en el llanto es mi deseo.

Virgen de Vírgenes preclara
no te amargues ya conmigo,
déjame llorar contigo.
Haz que llore la muerte de Cristo,
hazme socio de su pasión,
haz que me quede con sus llagas.

Haz que me hieran sus llagas,
haz que con la Cruz me embriague,
y con la Sangre de tu Hijo.
Para que no me queme en las llamas,
defiéndeme tú, Virgen santa,
en el día del juicio.

Cuando, Cristo, haya de irme,
concédeme que tu Madre me guíe
a la palma de la victoria.
Y cuando mi cuerpo muera,
haz que a mi alma se conceda
del Paraíso la gloria.
__________

Ofertorio
Para el Jueves Santo ”in Coena Domini”
“Dextera Domini”



Communio
Para la Fiesta de Todos los Santos
“Beati Mundo Corde”



--Los Cantos del Ordinario son:

Kyrie no.VIII
todos los que están aquí son en el modo:
De Angelis



Gloria no.VIII




Credo no.III





Sanctus, Benedictus no.VIII




Agnus Dei no.VIII

 

La Santa Misa NO es una fiesta, como la "nueva catequesis" la plantea, muchos jóvenes argüirán que con estos cantos la Santa Misa se torna mas "aburrida", mas "tediosa" etc, pero ellos no tienen la culpa, pues nunca se les inculcó que la Santa Misa es el Sacrificio Incruento de Cristo en la Cruz, que la Santa Misa es un Sacrificio Propiciatorio, que la Santa Misa no es para ir y "sentir bonito", la Santa Misa es lo único que detiene el brazo de Dios contra este mundo lleno de iniquidad.

 

miércoles, 29 de junio de 2011

Ante-Misa o Misa de los Catecumenos

Para acceder al gran misterio de la Cruz de Nuestro Señor, es indispensable una preparación. Por esto, durante la primera parte de la Misa, la Iglesia une a la alabanza oraciones propias para suscitar la humildad y la contrición interiores, pues alimenta nuestra fe con textos que propone a nuestra meditación.

La primera parte de la Misa, llamada Misa de los catecúmenos, esta consagrada a la alabanza y a la compunción (es una actitud del alma llena al mismo tiempo de humildad y de contrición), pero sobre todo a la enseñanza. Se resume en el Credo.


Convenía que la Santa Misa fuera la ocasión de una enseñanza y de una comunicación del Verbo de Dios “que ilumina a todo hombre que viene a este mundo” (Jn 1, 9) (…) Esta primera parte de la Misa tiene que aumentar nuestra fe en Nuestro Señor Jesucristo, y esta fe, a su vez, tiene que ser la fuente del celo de manifestar a Nuestro Señor a las almas.

Canon



Qui pridie quam pateretur, accepit panem in sanctas ac venerabiles manus suas: et elevates oculis in coelum ad te Deum Patrem suum omnipotentem, tibi gratias agens, bene+dixit, fregit, deditque discipulis suis, dicens: Accipite et manducate ex hoc omnes.

HOC EST ENIM CORPUS MEUM.

Simili modo postquam coenatum est, accipiens et hunc praeclarum calicem in sanctas ac venerabiles manus suas: item tibi gratias agens, bene+dixit deditque discipulis suis, dicens: Accipite et bibite ex eo omnes.

HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI, NOVI ET AETERNI TESTAMENTI: MYSTERIUM FIDEI: QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM.

Haec quotiescumque feceritis in mei memoriam facietis.




sábado, 25 de junio de 2011

Participación activa y Fácil comprensión

La liturgia y su corazón, el Santo Sacrificio de la Misa, era lo que las teorías de los innovadores corrompían con el pretexto de la "participación plena, consciente y activa" reclamada para los fieles por la constitución conciliar sobre la liturgia (n 14), promulgada el 4 de diciembre de 1963. Desde marzo de 1963 Monseñor Lefebvre se había pronunciado contra ese principio equivoco:

"La comprensión de los textos no es el fin ultimo de la oración, sino la unión con Dios; hay una atención a los textos que incluso puede ser un obstáculo. El alma encuentra la unión con Dios mas bien en el canto religioso, la piedad de la acción litúrgica, el recogimiento, la belleza arquitectónica, la nobleza y piedad del celebrante, la decoración simbólica, el olor del incienso, etc"

Ahora bien, el Consilium para la aplicación de la reforma litúrgica, instituido el 26 de febrero de 1964 y confiado, bajo la presidencia del Cardenal Lercaro, al Padre Bugnini, emprendió, no la "revisión" solicitada por el Concilio, sino una refundición radical y sistemática de la liturgia, en particular de la Misa, "una verdadera creación", como diría Bugnini. Al hacer esto, aplicaba el principio director de Sacrosanctum consilium, anunciado ya antes del Concilio por el Padre Ferdinando Antonelli:
"Todo se ordena a un fin: lograr que los fieles
1) comprendan fácilmente los ritos y
2) Vuelvan a ser lo que deben ser: participantes activos, y no solo espectadores de las acciones litúrgicas."

Esas dos cosas -decían a coro Antonelli y Bugnini- se habían perdido desde hace siglos. Al encontrarse después con esa afirmación en la obra de Anibale Bugnini, La reforma de la liturgia, Monseñor Lefebvre se indigno:
“¡Es falso! La enseñanza real de la historia prueba lo contrario. ¿Como se puede decir que todos los fines que existieron, a lo largo de los siglos (mucho antes de que existiera Bugnini), participaron en la Misa de manera muda?, ¡como espectadores y extraños! No hay nada mas falso. La participación activa de los fieles, ¿no es acaso su participación espiritual, que es mucho mas importante que una participación exterior?"

Por otro lado, en la lectura de La reforma, Monseñor Lefebvre discernía, tras los falsos principios, un error doctrinal, una herejía subyacente:
"Por debajo de esto (digo debajo, no formalmente) hay una herejía: que el sacerdocio de los fieles y el sacerdocio de los sacerdotes es el mismo; que todo el mundo es sacerdote, que el Pueblo de Dios debe ofrecer el Santo Sacrificio de la Misa"

El propio Antonelli le reprochaba a Bugnini "haber introducido en el trabajo (del Concilium) a personas capaces, pero de tinte teológicamente progresista, sin ofrecerles resistencia porque no se podía ir en contra de ciertas tendencias". Reconocía que "las teorías en boga entre los teólogos de avanzada recaían sobre la formula del rito"

Esas teorías eran las de la "nueva teología"

Por medio de sutiles cambios de énfasis, la "nueva teología" ponía de relieve el "sacerdocio común" de los bautizados, y ya no veía en el sacerdote el modelo en que se realiza el sacerdocio propiamente dicho; el sacerdote en la Misa es mas bien el que "une los sufragios de los fieles al sacrificio de su Cabeza" que el que ofrece por si mismo el sacrificio como ministro de Cristo Sacerdote.

El "misterio pascual", celebrado en la Misa, era mas el Cristo triunfante en su Resurrección que el Cristo que expía por su Pasión; el pecado ya no se consideraba como una injusticia contra Dios y sus derechos, sino solo como un daño para el hombre y la solidaridad humana; se vaciaba de su sustancia la Redención por la satisfacción de Cristo y la propiciación del Padre, y se evacuaba la Cruz de Cristo. Una teología sacramental simbolista de la Misa el "memorial" de la obra salvadora de Cristo, memorial que representaba (es decir, hacia presente) esta obra por la "vivencia" de la acción litúrgica comunitaria; en este sentido, la misa solo era un sacrificio porque era "memoria". La presencia sustancial de Cristo bajo las especies quedaba diluida en el memorial. La transubstanciación del pan y del vino se hacia redundante y bastaba una transignificacion.

Esas influencias deletéreas de una gnosis multiforme, pero coherente y omnipresente, escapaban a los no iniciados; Monseñor Lefebvre discernía algunos de sus rasgos, inscritos en la lógica de los sucesivos cambios radicales en la liturgia y graduados de forma inteligente: cambio de orientación de los altares, relegación del sagrario a otro lugar, invasión de la lengua vernácula, supresión de las "oraciones individuales" del sacerdote (oraciones al pie del altar) y de los signos de la cruz, etc., rezo del Canon el voz alta y finalmente, la lengua vernácula que suplantaba totalmente al latín: reformas todas aprobadas por Pablo VI de 1964 a 1967.

La asociación Una voce, fundada para preservar el latín litúrgico y el canto gregoriano, protesto el 25 de mayo de 1967 ante Pablo VI contra esa generalización de la lengua vernácula, contraria a la Sacrosanctum Consilium (n 36, 1), y Monseñor Romoli, Obispo de Pescia, escribió sobre el mismo tema, el 17 de agosto, a la conferencia episcopal italiana; Monseñor Lefebvre publico esa carta en Fortes in fide.

De todos modos, hasta aquí, las reformas habían sido solo "retoques" provisionales. Para Bugnini y el Consilium, "se trataba de ofrecer nuevas estructuras a ritos completos (...) y, en ciertos puntos, de una nueva creación". Entretanto, los Obispos tenían que "tomar iniciativas, proponer adaptaciones y experiencias, etc.", bajo pena, por "inmovilismo", de quedar desbordados por experimentaciones individuales y arbitrarias de las que Pablo VI estaba amargamente descontento.

Contra esa revolución permanente en la liturgia, fomentada "desde arriba" y estimulada " por la base", se pronuncio el Padre Dulac en el Courrier de Rome.

domingo, 19 de junio de 2011

Secuencia para la Solemnidad de Corpus Christi

Lauda Sion Salvatorem





Lauda Sion Salvatórem
Lauda ducem et pastórem
In hymnis et cánticis.

Al Salvador alabemos,
que es nuestro pastor y guía.
Alabémoslo con himnos
y canciones de alegría.

Quantum potes, tantum aude:
Quia major omni laude,
Nec laudáre súfficis.

Alabémoslo sin límites
y con nuestras fuerzas todas;
pues tan grande es el Señor,
que nuestra alabanza es poca.

Laudis thema speciális,
Panis vivus et vitális,
Hódie propónitur.

Gustosos hoy aclamamos
a Cristo, que es nuestro pan,
pues Él es el pan de vida,
que nos da vida inmortal.

Quem in sacræ mensa cœnæ,
Turbæ fratrum duodénæ
Datum non ambígitur.

Doce eran los que cenaban
y les dio pan a los doce.
Doce entonces lo comieron,
y después todos los hombres.

Sit laus plena, sit sonóra,
Sit jucúnda, sit decóra
Mentis jubilátio.

Sea plena la alabanza
y llena de alegres acantos;
que nuestra alma se desborde
en todo un concierto santo.

Dies enim solémnis ágitur,
In qua mensæ prima recólitur
Hujus institútio.

Hoy celebramos con gozo
la gloriosa institución
de este banquete divino,
el banquete del Señor.

In hac mensa novi Regis,
Novum Pascha novæ legis,
Phase vetus términat

Esta es la nueva Pascua,
Pascua del único Rey,
que termina con alianza
tan pesada de la ley.

Vetustátem nóvitas,
Umbram fugat véritas,
Noctem lux elíminat.

Esto nuevo, siempre nuevo,
es la luz de la verdad,
que sustituye a lo viejo
con reciente claridad.

Quod in cœna Christus gessit,
Faciéndum hoc expréssit
In sui memóriam.

En aquella última cena
Cristo hizo la maravilla
de dejar a sus amigos
el memorial de Su vida.

Docti sacris institútis,
Panem, vinum, in salútis
Consecrámus hóstiam.

Enseñados por la Iglesia,
consagramos pan y vino,
que a los hombres nos redimen,
y dan fuerza en el camino.
   


Dogma datur Christiánis,
Quod in carnem transit panis,
Et vinum in sánguinem.

Es un dogma del cristiano
que el pan se convierte en carne,
y lo que antes era vino
queda convertido en sangre.

Quod non capis, quod non vides,
Animósa firmat fides,
Præter rerum ordinem.

Hay cosas que no entendemos,
pues no alcanza la razón;
mas si las vemos con fe,
entrarán al corazón.

Sub divérsis speciébus,
Signis tantum, et non rebus,
Latent res exímiæ.

Bajo símbolos diversos
y en diferentes figuras
se esconden ciertas verdades
maravillosas, profundas.

Caro cibus, sanguis potus:
Manet tamen Christus totus,
Sub utráque spécie.

Su sangre es nuestra bebida;
Su carne, nuestro alimento;
pero en el pan o en el vino
Cristo está todo completo.

A suménte non concísus,
Non confráctus, non divísus:
Integer accípitur.

Quien lo come, no lo rompe,
no lo parte ni divide;
Él es el todo y la parte;
vivo está en quien lo recibe.

Sumit unus, sumunt mille:
Quantum isti, tantum ille:
Nec sumptus consúmitur.

Puede ser tan sólo uno
el que se acerca al altar,
o pueden ser multitudes;
Cristo no se acabará.

Sumunt boni, sumunt mali:
Sorte tamen inæquáli,
Vitæ vel intéritus.

Lo comen buenos y malos,
con provecho diferente;
no es lo mismo tener vida
que ser condenado a muerte.

Mors est malis, vita bonis:
Vide paris sumptiónis
Quam sit dispar éxitus.

A los malos les da muerte
y a los buenos les da vida,
¡Qué efecto tan diferente
tiene la misma comida!

Fracto demum Sacraménto,
Ne vacílles, sed memento,
Tantum esse sub fragménto,
Quantum toto tégitur.

Si lo parten, no te apures;
sólo parten lo exterior;
en el mínimo fragmento
entero late el Señor.

Nulla rei fit scissúra:
Signi tantum fit fractúra:
Qua nec status nec statúra
Signáti minúitur.

Cuando parten lo exterior,
  sólo parten lo que has visto;
no es una disminución
de la persona de Cristo.



Ecce panis Angelórum,
Factus cibus viatórum:
Vere panis fíliórum,
Non mittendus cánibus

El pan que del cielo baja
es comida de viajeros.
Es un pan para los hijos,
¡No hay que tirarlo a los perros!

In figúris præsignátur,
Cum Isaac immolátur:
Agnus paschæ deputátur
Datur manna pátribus.

Isaac el inocente
es figura de este pan,
con el cordero de Pascua
y el misterioso maná.

Bone pastor, panis vere,
Jesu, nostri miserére:
Tu nos pasce, nos tuére:
Tu nos bona fac vidére
In terra vivéntium.

Ten compasión de nosotros,
buen Pastor, pan verdadero.
Apaciéntanos y cuídanos
y condúcenos al cielo.

Tu, qui cuncta scis et vales:
Qui nos pascis hic mortales:
Tuos ibi commensáles,
Cohærédes et sodales,
Fac sanctórum cívium.
Amen. Allelúja.

Todo lo puedes y sabes,
Pastor de ovejas divino.
Concédenos en el cielo
gozar la herencia Contigo.

Amén. Aleluya.



  

Lauda Sion Salvatorem es una secuencia que la Iglesia católica usaba en la Santa Misa de la Solemnidad de Corpus Christi. Fue compuesta por Tomás de Aquino tras la creación de la misa de Corpus Domini en 1264.

En 1679 la autoría del Aquinate fue puesta en duda por los Bolandistas que generaron con ello una fuerte discusión con los dominicos que argumentaban con el testimonio de un contemporáneo de Tomás: Tolomeo de Lucca.

Cuenta con 24 estrofas. Las primeras son una invitación a la alabanza y a la acción de gracias. Luego se retoman algunas imágenes del Antiguo Testamento que la teología cristiana aplica a la Eucaristía. Sigue una oración de alabanza y petición a Jesucristo como Buen Pastor.
 

Secuencia para la Solemnidad de Pentecostes

Veni, Sancte Spiritus



Veni Sancte Spiritus
et emite caelitus
lucis tuae radium

Ven Espíritu Santo
y desde el cielo
envía un rayo de tu luz.

Veni pater pauperum,
veni dator munerum,
veni lumen cordium.

Ven padre de los pobres,
ven dador de las gracias,
ven luz de los corazones.

Consolator optime,
dulcis hospes animae,
dulce refrigerium.

Consolador óptimo,
dulce huésped del alma,
dulce refrigerio.

In labore requies,
in aestu temperies,
in fletu solatium.

Descanso en el trabajo,
en el ardor tranquilidad,
consuelo en el llanto.

O lux beatissima,
reple cordis intima
tuorum fidelium.

Oh luz santísima:
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles.

Sine tuo numine
nihil est in homine,
nihil est inoxium.

Sin tu ayuda
nada hay en el hombre,
nada que sea inocente.

Lava quod est sordidum,
riga quod est aridum,
sana quod est saucium.

Lava lo que está manchado,
riega lo que es árido,
cura lo que está enfermo.

Flecte quod est rigidum,
fove quod est frigidum,
rege quod est devium.

Doblega lo que es rígido,
calienta lo que es frío,
dirige lo que está extraviado.

Da tuis fidelibus
in te confidentibus,
sacrum septenarium.

Concede a tus fieles
que en Ti confían,
tus siete sagrados dones.

Da virtutis meritum,
da salutis exitum,
da perenne gaudium.

Dales el mérito de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales el eterno gozo.

Amen, Alleluia.


El texto se atribuye a Stephen Langton (alrededor de 1150-1228), Arzobispo de Canterbury, aunque también fueron considerados sus autores tanto el rey de Francia Roberto II el Piadoso (970-1031) como el Papa Inocencio III.