Me viene a la mente la Reforma de Semana Santa de los años cincuenta, hecha con una cierta prisa bajo un Pío XII ya cansado. Y bien, sólo algunos años después, bajo el pontificado de Juan XXIII (quien, más allá de lo que se diga, en liturgia era de un tradicionalismo convencido y conmovedor), me llegó una llamada de Monseñor Dante, ceremoniero del Papa, que me pedía preparar el “Vexilla Regis” para la inminente celebración del Viernes Santo. Respondí: “pero lo han abolido”. Se me respondió: “el Papa lo quiere”. En pocas horas, organicé las repeticiones de canto y, con gran alegría, cantamos de nuevo lo que la Iglesia había cantado por siglos en aquel día.
Domenico Cardenal Bartolucci
Domenico Cardenal Bartolucci
Vexilla regis prodeunt,
fulget crucis mysterium,
quo carne carnis conditor
suspensus est patibulo.
fulget crucis mysterium,
quo carne carnis conditor
suspensus est patibulo.
Las banderas del Rey se adelantan
y la Cruz misteriosa en ellas brilla:
la Cruz donde el creador de la carne, en carne
está suspendido en un patíbulo.
Confixa clavis viscera
tendens manus, vestigia
redemptionis gratia
hic inmolata est hostia.
Quo vulneratus insuper
mucrone diro lanceae,
ut nos lavaret crimine,
manavit unda et sanguine.
tendens manus, vestigia
redemptionis gratia
hic inmolata est hostia.
Quo vulneratus insuper
mucrone diro lanceae,
ut nos lavaret crimine,
manavit unda et sanguine.
Donde herido además
por la punta terrible de la lanza,
para lavarnos de la acusación,
manó sangre y agua en abundancia.
Inpleta sunt quae concinit
David fideli carmine,
dicendo nationibus:
regnavit a ligno deus.
David fideli carmine,
dicendo nationibus:
regnavit a ligno deus.
Cumplíose en ti perfectamente
lo que David profetizo en su verso,
cuando dijo a los pueblos de la tierra:
"Nuestro Dios reinará desde un madero"
Arbor decora et fulgida,
ornata regis purpura,
electa, digno stipite
tam sancta membra tangere!
ornata regis purpura,
electa, digno stipite
tam sancta membra tangere!
Oh árbol bello y refulgente
hermoseado con la regia púrpura,
y destinado a que su tronco digo,
sintiera el roce de tan santos miembros.
Beata cuius brachiis
pretium pependit saeculi!
statera facta est corporis
praedam tulitque Tartari.
pretium pependit saeculi!
statera facta est corporis
praedam tulitque Tartari.
Dichosa tú, pues de tus brazos,
estuvo colgado el rescate del mundo, nuestro precio;
Tú eres la balanza en la que fue pesado
ese cuerpo que arrebató su presa a los infiernos.
Fundis aroma cortice,
vincis sapore nectare,
iucunda fructu fertili
plaudis triumpho nobili.
vincis sapore nectare,
iucunda fructu fertili
plaudis triumpho nobili.
Salve ara, salve victima
de passionis gloria,
qua vita mortem pertulit
et morte vitam reddidit.
O Crux ave, spes unica,
hoc Passionis tempore! *
piis adauge gratiam,
reisque dele crimina.
hoc Passionis tempore! *
piis adauge gratiam,
reisque dele crimina.
Salve, oh Cruz, esperanza única,
en este tiempo de pasión:
acrecienta la santidad a los justos
y a los pecadores concede el perdón.
Te, fons salutis Trinitas,
collaudet omnis spiritus:
quos per Crucis mysterium
salvas, fove per saecula. Amen.
collaudet omnis spiritus:
quos per Crucis mysterium
salvas, fove per saecula. Amen.
¡Oh Trinidad, fuente de salvación!,
que todo espíritu te alabe;
y tu que con tu cruz nos das triunfo
añádenos el premio, por los siglos.Así sea.
El himno Vexilla Regis fue compuesto en el año 569 por San Venancio Fortunato, junto con el Pange Lingua, a petición de Santa Radegunda para la recepción solemne de las reliquias de la Vera Cruz enviadas por el rey Justino II desde Bizancio.
El poeta exalta a la Cruz como bandera (vexilla) cristiana, con la que Cristo venció a Satanás, al pecado y al mundo.
La Iglesia canta el himno Vexilla Regis durante el tiempo de la Pasión y en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
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