En Roma se ha denegado la apelación del padre Francis Michel, confirmado las órdenes del obispo “católico” Nourrichard
¿No lo conoce? Es ese Obispo que:
1.- estuvo en una ceremonia junto al laico usurpador obispo anglicano de Salisbury quien realizaba una ceremonia de “ordenación” de mujeres…
Habrá que recordarle al sonriente y bonachón Nourrichard, aunque poco le interese y más allá de sus escandalosos actos ecumenistas, que la Iglesia no reconoce ni las ordenaciones de los anglicanos ni de las mujeres
Por un lado un obispo que concelebra con anglicanos en “ordenaciones” de mujeres, que abre mezquitas y que en el ofertorio presenta al altar escritos alabando a Alá y a su “profeta”, que en su boletín diocesano publica artículos despreciando la idea “medieval” de la transubstanciación y enseñando que la Eucaristía es sólo un símbolo. Y que celebra misas-espectaculo. Y que… se viste con ropas “religiosas”. Estamos hablando de Mons. Christian Nourrichard, el obispo de Évreux, Francia.
Un obispo que es digno de su predecesor, Mons. Jacques Gaillot, quien aún hoy afirma que:
“… la Iglesia debe cambiar, modernizarse, reconocer que las parejas tienen derecho a divorciarse y a usar el condón; que las mujeres puedan abortar; que hombres y mujeres puedan ser homosexuales y casarse; que las mujeres puedan llegar al sacerdocio y tener acceso a las esferas de decisión; se debe revisar la disciplina del celibato para que los sacerdotes puedan amar como cualquier otro ser humano, sin tener que vivir relaciones clandestinas, como delincuentes. La situación actual es malsana y destructora para los individuos y la Iglesia. El Vaticano es la última monarquía absoluta de Europa. La Iglesia debe aceptar la democracia a todos los niveles. Se debe cambiar de modelo porque el actual no es evangélico”.
Obispos así necesariamente han dejado a la diócesis de Évreux con sus parroquias desoladas y la Fe en plena extinción.
Por otro lado un simple sacerdote, el P. Francis Michel que tenia su parroquia en Thiberville, la única llena y fervorosa en la diócesis –y a la que incluso asisten habitualmente fieles provenientes de otras diócesis-.
¿Qué hay de distinto en ese lugar? Allí se celebra la Misa de siempre y los sermones son fieles al Magisterio de la Iglesia. Cosas que hoy no son fáciles de encontrar.
¡Esto no podía ser…! El obispo Nourrichard tomó cartas en el asunto y el año pasado (2010) suprimió la parroquia de Thiberville, lo que provocó la justa y airada reacción de los feligreses. Plasmado en videos que dieron la vuelta al mundo, los parroquianos recibieron al obispo entre abucheos e insultos, lo que se denominó “el escándalo de Thiberville”. Hay incluso una página en Internet de apoyo al cura que por 26 años pastoreó la parroquia
El P. Michel apeló dos veces la medida del obispo en Roma: una vez ante la “Congregación para el Clero” y otra ante la “Signatura Apostólica”, con resultados negativos.
En la reciente tercera apelación, que parece ser la definitiva, el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica ha decidido nuevamente confirmar las órdenes de Nourrichard.
El obispo -con aire victorioso- ya ha emitido un comunicado:
“Hermanos y hermanas:
Usted tiene el derecho a la verdad, es decir, a una información objetiva!
En cuanto a la situación de Thiberville, el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica ha emitido su fallo.
Roma ha confirmado los decretos emitidos por el obispo de Évreux, relativos al estatuto del anterior grupo inter-parroquial de Thiberville, en el que el padre Francis Michel fue el sacerdote de la parroquia.
A raíz del rechazo de los tres recursos interpuestos en Roma por el Padre Francis Michel, he repetido a él mi invitación a salir de Thiberville para el ejercicio de su ministerio.
Oremos juntos por el Padre Francis Michel.
Évreux, 14 de enero de 2011.”
Destacamos la actitud del sacerdote –que llevó la cuestión hasta el final, al menos en esta etapa- y la de los fieles que se plantaron justa y valerosamente ante el obispo.
Pero en vistas de cómo terminaron las cosas, nos preguntamos sobre el publicitado “derecho de los fieles de recibir sacramentos dignamente celebrados”. O mejor, sobre la mentada facilitación de la celebración de la liturgia de siempre.
¿Qué estímulo tienen los sacerdotes que se quieren acercar a la tradición, cuando el obispo –casi todos- se oponen explícita o implícitamente –a veces de modo extorsivo-, poniendo un sinnúmero de pretextos para amedrentarlos?
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